Por: Lina María Arango Dávila / www.latardedelotun.com_____
Profesional en gobierno y relaciones internacionales.
_____ Hace cinco años y después de participar en la campaña presidencial de Sergio Fajardo y en la consulta anticorrupción, hice una apuesta por la política decente, de opinión y decidí regresar a mi ciudad para participar como candidata a la gobernación de Risaralda. Renuncié a mi trabajo en un proyecto de la Unión Europea y a mi vida en Bogotá; pasé de la crítica a la acción por mi región y realicé una campaña bonita, austera y decente, mientras promovía con convicción y desde una posición de centro, las causas que toda la vida me han movido: la educación, la lucha contra la corrupción, la paz y el desarrollo rural integral.
Después de la campaña a gobernación, sabía que debía continuar fortaleciendo lo logrado y dos años después fui candidata al senado por el Partido Verde, creyendo, ingenuamente, que la lista a la cámara en Risaralda, rodearía el proyecto político de la región. Me equivoqué. Fue una campaña solitaria, no sólo la mía, si no la presidencial, donde nuevamente mi candidato era Sergio Fajardo. Lo apoyé desde el principio, sin dudar, sin mensajes dobles, de frente y consciente de heredar los odios que él le generaba al petrismo. Aun así, me mantuve firme y seria en mi línea política. Pero el contexto no estuvo a mi favor.
En medio de la soledad de la campaña a senado, hubo una persona que, sin dudarlo, estuvo siempre exponiendo su apoyo, en sus redes sociales, sus círculos cercanos, etc (Los candidatos de opinión saben lo significativo que es esto para la difusión orgánica) sin cálculos políticos, sin pena y con un compromiso que me emociona recordar. Esa persona es hoy cabeza de lista al concejo de Pereira y no hace parte del partido Alianza Verde, partido al que me costó renunciar pero que hoy dejo atrás.
Mi decisión no es sólo emocional. Mi decisión también está soportada por la experiencia, liderazgo y evidencia del compromiso que tiene la candidata con la educación, la niñez y la juventud. Ella no sólo promete. Ella ya tiene una empresa y experiencia de años dedicada a la educación y la niñez.
Finalmente, mi decisión además es de coherencia política. La candidata y todos los que componen su lista, fueron equipo de campaña en Risaralda de Sergio Fajardo y actualmente apoyan a una candidata a la alcaldía de Pereira, decente, con experiencia, capacitada y que no representa la cultura mafiosa de la ciudad: Martha Alzate.
Mi candidata al concejo es Ana María Cadavid, en la lista cerrada de DIGNIDAD Y COMPROMISO. Mi voto al concejo es un voto de gratitud, de coherencia y de responsabilidad con la ciudad. Espero de corazón y razón que la lista logre los seis mil votos que requiere para obtener su curul.