EDITORIAL 05.12.24

Ingenuidad, inexperiencia e incompetencia._______

Somos conocedores de la falsa narrativa de los grandes medios de comunicación y de los dirigentes políticos de derecha. Las verdades a medias como en el caso del ministro de Hacienda que como le obliga la ley, presentó ante la Fiscalía general un escrito anónimo que llegó a su despacho y fue manipulada la noticia por un periodista de Caracol para parecer lo que no es. Esa es la realidad diaria, ahora veamos:

La salida del ministro Bonilla del ministerio de Hacienda es el resultado de una estrategia agresiva de parte de la oposición de derecha al gobierno del cambio. Esta arremetida de los últimos meses deja en claro que la situación para el presidente Petro y su gobierno no será fácil durante este último año y medio de gobierno, y por el contrario, el ataque desde los diferentes frentes de la conocida oposición inteligente se dejará sentir cada vez con más fuerza.

Lo anterior puede catalogarse como normal, se veía venir por el simple hecho que los dueños del poder económico y político del país no iban a quedarse de brazos cruzados luego de haber perdido las últimas elecciones presidenciales, pero sobre todo, haber ido perdiendo paulatinamente el favorecimiento y la fácil manipulación de las masas, las que han sido históricamente acaballadas por esta minoría.

Debido a los diferentes hechos ocurridos, hay que reconocer y poner en evidencia las equivocaciones que ha cometido el gobierno en estos dos años, pecados de diferentes categorías, veniales y mortales por los costos políticos y de imagen pública en los que ha recaído en diversas ocasiones.

Ingenuidad que a veces raya en la necedad, como carajos van a dejar en puestos claves a fichas que la oposición dejó sembradas para hacer el daño desde adentro, parecer un poco cándidos tal vez, pero no estúpidos, esto se ha repetido en diferentes circunstancias, en diversos espacios y en puestos claves de la administración.

Inexperiencia para administrar y controlar un aparato gigantesco como es el gobierno central, esta condición ha producido dolores de cabeza y la caída de funcionarios valiosos, quienes no tuvieron el rodaje suficiente para manejar las relaciones con la jauría de un congreso que impone mayorías por políticos apegados a prácticas clientelistas y corruptas por décadas. Es entendible la impericia de la mayoría de los nuevos funcionarios para armar una estructura administrativa capacitada para operar en solo dos años, cuando la maquinaria estatal ha estado engrasada y cooptada durante décadas. Lo que si hay que revalorar es que es mejor equivocarse con los suyos y no dar papaya a los de la otra corriente por que se encargarán de sabotear todo.

La incompetencia puede ser uno de más atribuidos pecados de la actual administración central, al menos esta es una de las narrativas que desde la orilla opuesta han esgrimido en contra del gobierno Petro, pero no hay tal. Las hojas de vida y los perfiles de la mayoría de los funcionarios a la cabeza de las entidades de gobierno son brillantes, sin desconocer que hubo algunos paracaidistas ineptos que llegaron por gestiones de terceros o cercanía política a algunos líderes como fue el cado de Olmedo López.

Como siempre ha sostenido un buen amigo, aún desde antes que estas situaciones se presentaran “el gobierno se equivoca al darle juego a la oposición en puestos que son claves, así sean de segunda o tercera línea” Hay que requintar las cargas como lo hacen los arrieros en las trochas y fangales en movimiento, sin detener las mulas, ni permitir que la carga y el objetivo se pierda. Para adelante, tomando los correctivos que se necesiten pero dejando atrás ingenuidad, inexperiencia e incompetencia.

 

 

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